Cuando llegué por primera vez a Estados Unidos siendo niño, no lo hice con privilegios, sino con determinación. Junto a mi familia, conocí de cerca el miedo, la incertidumbre, y el esfuerzo de empezar desde cero en un país nuevo.

Estudié derecho no solo para cumplir un sueño personal, sino para convertirme en la guía legal que a mi familia le habría gustado tener en esos primeros años. Alguien que hablara claro, que respondiera con empatía, que luchara de verdad por cada caso.

Hoy, como cofundador de la firma Law Office of Diaz & Nuñez Elorza, represento a personas que enfrentan los mismos retos que nosotros vivimos. Desde procesos migratorios complejos hasta reclamos por accidentes graves y mi compromiso sigue siendo el mismo: proteger los derechos de quienes más lo necesitan.